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cabello en verano mujer con sombrero

¿Vives en la costa o en el interior? Así debes cuidar tu cabello

En verano, todos sentimos el impacto del sol, el calor y el cambio de rutinas. Pero lo que muchas veces pasamos por alto es que el clima de donde vivimos o veraneamos también cambia radicalmente la salud y el comportamiento de nuestro cabello.

No es lo mismo vivir en una ciudad del interior como Jaén o Granada, con altas temperaturas y un aire seco que lo reseca todo, que pasar el verano en la costa de Almería o Málaga, donde la humedad, la sal y el viento marino tienen su propio efecto. Ambos climas tienen retos específicos y exigen cuidados distintos. Tu cabello los nota, y mucho.

Hoy te explicamos cómo influye cada tipo de clima en tu melena y qué rutinas te ayudarán a mantenerla sana, bonita y controlada. Tanto si eres profesional de la peluquería como si solo quieres mimar tu pelo este verano, este artículo te dará claves prácticas y fáciles de aplicar.

El clima del interior: calor seco y sol abrasador

Quien haya pasado un agosto en Granada o Jaén lo sabe: el calor del interior no perdona. Las temperaturas suben fácilmente por encima de los 40 °C y la sequedad del aire hace que el cuerpo (y el cabello) pierdan hidratación con rapidez.

¿Qué le pasa al cabello?

  • Se reseca más rápido: especialmente en medios y puntas.
  • Aumenta la electricidad estática y el frizz en cabellos finos o deshidratados.
  • El cuero cabelludo también sufre: puede volverse más irritado o descamado por la falta de humedad ambiental.
  • El color se oxida antes, sobre todo en rubios o tonos fantasía.

¿Cómo cuidarlo?

  • La hidratación profunda es la clave. Los cabellos expuestos al aire seco necesitan productos que retengan la humedad, como mascarillas con aloe vera o glicerina vegetal.
  • Los aceites capilares ligeros, aplicados en medios y puntas, ayudan a sellar la cutícula y evitar la pérdida de agua.
  • Es importante usar un champú suave, que no arrastre los aceites naturales del cuero cabelludo.
  • En salones, se recomienda ofrecer tratamientos de hidratación exprés.

Consejo útil: Si tu casa tiene aire acondicionado todo el día, estás expuesta a un ambiente todavía más seco. Llevar un spray hidratante sin aclarado puede ser una buena solución.

mujer en verano

Clima costero: humedad, sal y sol constante

El verano junto al mar suena idílico, pero el cabello opina diferente. En ciudades como Málaga o Almería, la alta humedad, la brisa marina y los baños frecuentes en el mar alteran la fibra capilar y su equilibrio natural.

¿Qué le pasa al cabello?

  • La humedad abre la cutícula, lo que aumenta el volumen, el encrespamiento y la falta de definición.
  • El salitre del mar reseca, sobre todo si no se lava bien después del baño.
  • El sol constante oxida el color, dejando tonos apagados o verdosos en los rubios.
  • Los cabellos rizados o porosos tienden a perder definición.

chica en la playa con cabello rizado

¿Cómo cuidarlo?

  • Aquí la clave está en la nutrición y protección del cabello. Elige mascarillas con aceites como argán, karité o coco, que fortalezcan y den peso al cabello.
  • Usa siempre un protector solar capilar en spray antes de salir.
  • Si te bañas en el mar, aclara el cabello con agua dulce cuanto antes para evitar que el salitre se seque en él.
  • Los productos anti-frizz con selladores térmicos o siliconas ligeras ayudan a mantener el control sin apelmazar.

¿Y si me muevo entre costa e interior?

Muchísimas personas en Andalucía oriental combinan la vida entre costa e interior, ya sea por vacaciones, trabajo o familia. Esto implica exponer el cabello a cambios constantes de humedad, temperatura y rutinas. En estos casos, lo ideal es tener una rutina flexible, con productos ligeros pero efectivos, que se puedan adaptar a distintas situaciones:

  • Un champú y acondicionador hidratante como base.
  • Una mascarilla nutritiva que puedas usar 1–2 veces por semana según notes el cabello.
  • Un spray protector solar como básico diario.
  • Un aceite o sérum sellador para controlar frizz y reparar daños puntuales.

Vivir en la costa o en el interior cambia la forma en que tu piel y tu cabello reaccionan al verano. Y aunque no lo notes de inmediato, la acumulación de daño por clima, sol y agua puede pasar factura al final de la temporada.

Escucha a tu cabello: si está seco, necesita hidratación. Si está encrespado, necesita nutrición y protección. Y si eres profesional, recuerda que ofrecer asesoramiento personalizado según el clima de tu zona te posiciona como experto y genera confianza en tus clientas.

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